El colapso del sistema de salud en México

Elia Córdova Duarte

Cuando se nos prometió contar con un servicio de primer mundo comparado incluso con el que tienen los países bajos, una utopía en la cual muchos cifraron sus esperanzas y hoy nos enfrentamos a una cruenta realidad, México no cuenta ni siquiera con un CUS (que es el sistema que definió la OMS en 2018 para asegurar servicios de salud para todas las personas que lo necesiten, sin poner en riesgo su situación económica, y que incluye tres ejes: afiliación, servicios y gasto). Este objetivo México no lo ha cumplido 

Si hoy mismo redactáramos un anecdotario sobre las experiencias vividas por los derechohabientes de los diferentes sistemas de salud existentes en México quizá quien estaría en el banquillo de los acusados seria el titular de la Presidencia de la República en turno, al cual hoy acompañaría el subsecretario de salud Hugo López Gatell quien se encuentra demandado por victimas de Covid. Ya que nuestro sistema de salud creado en 1943 adolece desde hace décadas de un buen servicio y ya que contar con un buen sistema de salud de calidad y calidez es básico, se entiende la importancia del tema a tratar en este artículo. La política en salud seguida por el gobierno actual es una política criminal donde se encuentran de 33 a 35 millones de mexicanos sin acceso al cuidado de la salud y los que tienen acceso a tal servicio este es muy ineficiente e ineficaz aunado al desabasto de medicamentes, escasez de médicos y personal de salud, etc.

Actualmente contamos con un sistema de salud mixto y fragmentado donde encontramos tanto instituciones públicas como privadas pero totalmente agonizantes y colapsadas donde la mayoría de los ciudadanos no están satisfechos con el servicio de salud recibido por su baja calidad así como la inoperatividad existente, además de que no hay prevención de la salud sin dejar de mencionar que para acceder a él cuándo lo tienes debes pasar por un largo proceso de filas y filtros para recibir la atención médica.

Según datos del INEGI publicados en diciembre del 2021 el producto interno bruto ampliado del sector salud en México reportó un monto de 1.5 billones de pesos que equivale al 6.5 por ciento del PIB nacional, uno de los más bajos del OCDE en tiempos de pandemia. Este porcentaje toma en cuenta el valor del trabajo no remunerado que fue del 1.9 por ciento. El trabajo no remunerado en cuidados de salud pasó de 26.3 por ciento en 2019 al 28.7 por ciento en 2020, es decir muchos de los cuidados que se generaron en esta pandemia recayeron en los hogares mexicanos.

México no cumplió con la recomendación internacional de composición entre el gasto público y privado que debe ser de 80/20   y en el 2020 fue de 51/49% (DGIS2020).

En cuanto a la afiliación y servicios el presupuesto se contrajo en todos los subsistemas de salud, eje.  del 2010 al 2020.

GASTO PER CAPITA: POR SUBSISTEMA DE SALUD

INSTITUCIÓN/PROGRAMA  20102020
IMSS  5,6144,600
ISSSTE  5,0634,648
SEGURO POPULAR3,4723,258
PEMEX  24,05411,031
BIENESTAR11801,060
* Cifras en pesos constantes 2020. FUENTE: Elaborado por el CIEP , con información de SHCP (2020 a.b.): INEGI (2019)

Durante la última década el presupuesto de salud ha descendido siendo el 2019 el año en que se ha ejercido el menor presupuesto de los diez años con un total de 624mil474mdp, 2.55puntos del PIB. en 2020 el PIB fue de 2.67puntoscuando la OMS sugiere un mínimo de seis puntos, así con esta brecha en plena pandemia se encuentra nuestro sistema de salud. Esta es una de tantas razones en cuanto a la menor capacidad humana de atención de médicos y enfermeras. México cuenta con 0.55 médicos por cada mil habitantes y 1.14 enfermeras por cada mil habitantes, alcanzar los promedios que exige la OCDE se necesitaría 6.4 veces más médicos y 7.7 veces más enfermeras. En cuanto a la disponibilidad y suministro de pruebas de diagnóstico y detección ya ni tocamos el tema porque es obvio su descuido. En cuanto a camas de hospital el sistema público de salud en México cuenta con 0.9 camas por cada 1000 habitantes, 117mil 072 camas totales al mes de febrero 2020 (SSA2020) para llenar los requerimientos de la OCDE se necesitaría aumentar 3 veces el número de camas actuales

En el 2020 los cuidados sufrieron una estrepitosa caída al pasar del 7.8 por ciento al 2.9 por ciento. Además, que los costos de la pandemia en general fueron subsidiados por la misma gente que recibió un servicio de salud, los cuales se vieron aumentados sobre todo en costos de servicios de laboratorio, ambulancia, etc., en un 14.5 por ciento y de servicios hospitalarios en un 4.4 por ciento.

Es de observarse que la cobertura de salud en México es de las más bajas de OCDE según estudio realizado por una publicación médica especializada The Lancet. Según esta publicación los gastos totales en salud en México por parte de los bolsillos de los hogares mexicanos siguen siendo de los más altos representando un 41 por ciento siendo la segunda cifra más alta de la OCDE. Y todo esto a pesar de que los indicadores se saltan las enormes dificultades en la calidad de la atención, un mayor predominio de la diabetes e ingresos hospitalarios por dietas mal equilibradas, estilo de vida sedentarios, todo en conjunto hacen que 62.5 por ciento de la población tenga sobrepeso y obesidad, saliendo el país reprobado en cuanto la atención del cáncer cérvico uterino, la insuficiencia renal crónica y la leucemia. En el rubro en que si salió bien parado fue en el combate al tétano, difteria, tosferina y sarampión.

Según un artículo de Conchero M.A., Gómez R., Pineda-Antunez C., Bautista Arredondo S. que trata sobre la utilización de los servicios de la salud durante la pandemia, en el 2020, de la población que requirió servicios de salud solo el 34 por ciento utilizó los servicios de salud pública, es decir se hizo uso extensivo de los servicios privados aun cuando se contaba con seguridad social. Podemos hacer la pregunta cuál es la razón de esta situación. La respuesta es obvia no hay confianza de la gente en los servicios de salud pública y además de que no son suficientes.

Según datos del Inegi publicados el 25 de enero de 2021 de las personas que no se encuentran afiliadas a ningún sistema de salud 11.14 millones son menores de 19 años, 19.20 millones de 20 a 64 años y 1.94 millones de 65 o más años, lo cual representa al 26.18 por ciento de la población nacional.

Cabe mencionar que en el censo de 2015 el porcentaje era menor de 17.21 por ciento, en el 2010 el porcentaje si era mayor siendo de 33.8 por ciento de la población nacional, en este año había 38 millones de personas sin acceso a ningún sistema de salud, 5 millones más que en el 2020 pero también hay que tener en cuenta que la población era de 112 millones y en el 2020 pasó a ser de 126 millones de habitantes. Esto hace evidente que la cobertura de los servicios de salud se ha ido incrementando de manera muy lenta y desigual en todo el territorio nacional. Es decir, desde antes de la pandemia el sistema de salud ya se encontraba colapsado y desbordado, así que la pandemia del Covid-19 vino a exacerbar y a evidenciar las enormes carencias en este sector. Y si a esto le agregamos que según lo muestran las estadísticas existentes México nunca ha tenido un sistema de salud integrado, de calidad y mucho menos de cobertura universal.

En medio de la pandemia cuando se esperaría que se invirtiera incluso un presupuesto extraordinario para hacer frente a este desafío, al contrario, la política y estrategia del gobierno de presupuestos restrictivos ha impedido una mejoría en este rubro.

El gobierno de AMLO al igual que los anteriores del PRIAN no ha garantizado ni priorizado la salud de las personas al no hacer frente a la emergencia sanitaria y económica existentes de acuerdo a las dimensiones catastróficas que esta situación requería.  Con sus megaproyectos le da más prioridad al turismo que a la salud.

Desde el punto de vista del derechohabiente hay un deterioro en los servicios de salud pública cuya atención anterior dejaba mucho que desear en cuanto a estándares, cuadros y esquemas de atención, abasto de medicamentos, etc. Hoy esta situación se ha agravado en dimensiones mucho mayores.

Actualmente apenas se empieza a reanudar la atención con especialistas que fue suspendida desde la entrada de la pandemia, empeorándose así los casos de mortalidad por este efecto aunado a los anteriores y a los de la pandemia. Así en tiempos de pandemia las únicos ganonas han sido las compañías farmacéuticas que han hecho su agosto con la venta de vacunas.

La estrategia de seguridad social de la 4T es un fracaso rotundo y todo lo que la determina está contribuyendo a que la desigualdad social y la pobreza se hagan más abismales en nuestro país. Por lo tanto, la prioridad será organizarnos para luchar por lo más elemental que es garantizar la vida y salud de los mexicanos y mexicanas. Que no se deje de lado la atención de los hospitales por lo que se hace necesario una estrategia para enfrentar la situación de pandemia sin descuidar la atención de los derechohabientes y de otras áreas que no sean del Covid. El acceso a la salud lo debe determinar la necesidad y no la situación laboral.

Exigir un servicio de salud y de seguridad social para todos los mexicanos con cobertura universal con mejora en sus esquemas de atención, surtimiento y ampliación del cuadro básico de medicamentos.

Se requiere de mayor inversión en este sector tan prioritario, que se promueva una reforma fiscal donde se destinen e inviertan más recursos a este rubro.

El tiempo apremia y no olvidemos que en el 2020 se contaron miles de personas fallecidas, pero faltaron las que no se contaron, por lo que se hace necesario que toda persona que requiera la vacuna tenga acceso gratuito a la misma. Esto nos obliga más que nunca a redoblar nuestras acciones en este sentido y a hacer un llamado a los afectados, los trabajadores, las masas empobrecidas a que tomen el timón para darle rumbo a este país que se encuentra a la deriva con este gobierno de la 4T. En lugar de estar externando nuestras constantes quejas que son válidas organicémonos y luchemos juntos para lograr cambiar la situación desastrosa en que nos encontramos.

Construyamos el frente único de defensa de la seguridad social y demos la lucha unidos y organizados para lograrlo.

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